Amaicha del Valle, ancestral, solitaria y muda, amaneció ayer cosmopolita, poblada y bulliciosa; aturdida por el sonido de los motores que irrumpieron en sus callecitas. Sólo el sol conservó su paisaje diáfano. Miles de aficionados al automovilismo se confundieron con mochileros de todo el país y de distintas partes del mundo; unos palpitando del deporte y otros queriendo reencontrarse con la paz.

Apenas cinco kilómetros separan Amaicha de El Brete, donde hoy a las 7 se largará la etapa. Por eso, el hogar de la Pachamama fue el lugar elegido para pasear, comer y descansar en la víspera de la competición. De ello dio cuenta la ocupación hotelera, cubierta al 100% desde ayer.

"Contamos con más de 400 plazas entre Amaicha, Los Zazos y Ampimpa, pero todo está lleno. Se han habilitado casas de familias y habitaciones particulares para cubrir la demanda", comentó Gabriela Suárez, de la oficina de Turismo de la comuna.

¿Han venido a ver los autos o a Amaicha nomás?, fue la pregunta típica en los bares y en la calle.

Buenaventura

Entre los comerciantes, unos le agradecían a Dios y otros a la Madre Tierra. Pero había que agradecer sí o sí. Es que el hecho de que la tercera etapa del rally más importante del mundo pasara por la zona provocó una reactivación inusual de las ventas. "Somos de Concepción y nos vinimos a trabajar para el Dakar. Además de hacer unos mangos, disfrutamos de la carrera", comentó, exultante, Martín Olea.

El comerciante, de 28 años, instaló un puesto de venta en la plaza. "Nos está yendo bastante bien; muchísimo mejor de lo que esperábamos. Somos los únicos que estamos aquí. Es un emprendimiento casero. La familia de él (su primo Ricardo de la Fuente, de 14 años) tiene un negocio de venta de ropa y mi esposa (Cecilia Roldán, de 25) es diseñadora gráfica. Entonces nos largamos a hacer las remeras y las gorras con motivos del rally para venderlas. Viveza criolla, como quien dice", se jactó, con ironía.

Olea se declaró fanático de los fierros. "Me gustaría que ganase Al Attiyah, porque tiene mucha onda con la Argentina. Carlos Sainz es un muy buen piloto, pero es muy parco, no da mucha bola. También me gusta Robby Gordon, porque es carismático, y a "Orly" Terranova lo veo tercero. Hay que ser realistas. Pero es bueno que al menos pueda subir al podio", declaró, certificando su afición.

En el kiosco, Ana María Mallea también se sorprendió por la cantidad de visitantes. "Pensábamos que el 1 de enero sería muerto, como siempre. Y así venía, pero, de repente, ¡boom! Trabajamos con LA GACETA y al mediodía ya nos quedamos sin diarios. Están faltando también algunas revistas, bebidas, cigarrillos? Y como a la noche se corta la ruta, hemos mandado a buscar más mercadería a la ciudad. Si nos descuidamos, sonamos", anticipó.

Comentó que a pesar de que no habla inglés, con los extranjeros ha logrado entenderse. "Estos son días especiales, casi como los de la Fiesta de la Pachamama. Vivo acá desde hace 26 años, porque a mi marido, que es docente, lo habían trasladado a la Escuela 10. Soy de San Miguel de Tucumán y me costó adaptarme. Para pedir otro traslado docente esperamos dos años, como corresponde; pero cuando llegó decidimos quedarnos. Esto es muy, muy tranquilo, y hemos aprendido a valorar y a disfrutar eso. Hoy te digo que ojalá que podamos hacernos viejitos acá", se esperanzó.